Las alternativas de financiación para las empresas se han ampliado mucho en los últimos años. Disponemos del tradicional préstamo bancario, pero también existen otras posibilidades igualmente válidas, como el “crowdfunding” para los emprendedores o las sociedades de capital de riesgo para las empresas de reciente creación. Todo depende, en gran medida, de las características y el modelo de negocio. Por ese motivo, debemos ser muy conscientes de nuestras necesidades, de los beneficios y desventajas que nos aportan unas y otras. Una buena oferta no es una buena oferta si no encaja con el perfil de nuestra compañía.
Entidad bancaria
Uno de los modos tradicionales de conseguir financiación es solicitar un crédito a una entidad financiera. Para ello es importante tener en cuenta ciertos factores como el coste efectivo del mismo, el período de pago, el sistema de amortización o las cuotas de cancelación si existen. La ventaja reside en su solidez y en el plazo de concesión. Es indicada para empresas solventes, con proyectos realistas y recursos propios para respaldar la financiación. No es una opción muy viable para los emprendedores, ya que tienen que aportar garantías o avales y afrontar los intereses por el importe total del préstamo.
Subvenciones públicas
Antes de valorar esta alternativa, hemos de tener en cuenta que las ayudas públicas son un incentivo, dirigido sobre todo a los emprendedores, ya que no permiten financiar el proyecto en su totalidad. Más que una fuente de financiación es un recurso para afrontar los primeros pasos en su andadura como empresarios. La ventaja es que no exigen reembolso. La desventaja es que el proceso de concesión puede demorarse en exceso. Existen muchas subvenciones, para autónomos, para investigación y desarrollo o para la obtención de bonificaciones en los pagos a la Seguridad Social. Las ayudas se pueden solicitar en cualquier comunidad autónoma.
Capital de riesgo
Las sociedades de capital de riesgo son entidades que invierten en proyectos viables, con participaciones en la propia empresa. Actualmente, es una de las fuentes de financiación más solicitadas, después de las entidades bancarias, y aconsejable para las empresas de reciente creación, con un gran potencial de crecimiento. La ventaja es que son inversores sólidos, con recursos y experiencia para asesorar e impulsar el desarrollo del negocio. Además, aportan buena reputación. El inconveniente es que pueden limitar la autonomía y el poder de decisión de la empresa, ya que su objetivo es obtener el mayor rendimiento a medio plazo.
“Business angels”
Las figura del “Business angel” es relativamente novedosa en España. Son inversores privados que, a cambio de una participación, aportan recursos económicos, experiencia y conocimiento en la gestión empresarial Su permanencia es temporal y facilitan contactos en el mundo de los negocios. La ventaja es que su financiación apenas genera costes y que se implican mucho en el proyecto. El inconveniente es que pueden intervenir en el control del negocio y realizar demandas que no siempre coincidan con el espíritu y los valores del emprendedor. Su figura, a diferencia de una entidad bancaria o estatal, no es tan transparente en ocasiones.
Crédito ICO
El Instituto de Crédito Oficial también concede préstamos para financiar inversiones y hacer frente a problemas de liquidez. Es una entidad bancaria de financiación pública dirigida a empresas y autónomos. La principal ventaja es que son mucho más económicos que los de una institución financiera al uso. Los intereses y las comisiones son más bajas y cuentan con el respaldo del Estado. Los inconvenientes son la cuantía del crédito, se suelen conceder grandes importes, y el proceso de solicitud, que resulta complejo, y en ocasiones, se demora en exceso. Para aquellos autónomos o pequeñas empresas que necesiten pequeñas cantidades son más apropiados los microcréditos.
”Crowdfunding”
El crowdfunding es una herramienta bastante útil para financiar proyectos empresariales o con fines de interés social a través de internet. El sistema es relativamente sencillo, el emprendedor presenta su idea en la plataforma y solicita la aportación de los usuarios, ofreciendo a cambio una compensación. Nos referimos a los tradicionales mecenas. La ventaja es que permite difundir el proyecto y multiplicar la base de financiación con nuevos patrocinadores. El inconveniente tiene que ver con los derechos de autor, ya que, una vez en la plataforma, cualquier usuario podrá conocer el plan de negocio y plagiarlo aunque sea parcialmente.
Préstamo participativo
El préstamo participativo es otra alternativa para conseguir financiación. En este caso, la entidad financiera participa en la empresa con una inversión, cobrando un interés fijo o variable, dependiendo de la modalidad. Es recomendable para las empresas de nueva creación. La ventaja es que el pago de las cuotas, el llamado período de carencia, se puede hacer cómodamente, permitiendo afrontar los duros inicios con garantía. Los inconvenientes son que una parte de los beneficios irán destinados al inversor y que este pueda requerir cierto control en las decisiones de la empresa.
Familiares y personas cercanas
Esta fuente de financiación es tradicionalmente conocida como “Family, friends and fools”, el término en inglés. Se trata de inversores próximos al entorno del emprendedor. El vínculo de cercanía comporta ciertos riesgos, sobre todo si el negocio no prospera y se han creado obligaciones de algún tipo. La ventaja es que el préstamo normalmente no requiere garantías y que se puede devolver en cómodos plazos, sin demasiados apuros. El inconveniente reside en su cuantía, de menor cantidad que en los casos anteriores, y que se limita al inicio de la actividad empresarial. Por ello, si se tiene oportunidad, es mejor acudir a una entidad financiera.
El microcrédito y el factoring son otras formas de financiar su negocio. Muchas son las opciones para obtener financiación actualmente. Lo importante es informarse, analizar con detenimiento cada una de ellas y ver cuál es la que mejor se adapta a nuestros intereses.